La felicidad es un tema que ha abarcado las mentes de muchos pensadores y filósofos a lo largo de la historia. Por ejemplo, Aristóteles nos indica que la felicidad es el bien supremo para el ser humano y que la verdadera felicidad se alcanza mediante la vivencia de la virtud y hacer el bien.
Para Epicuro, que nos legó un tratado completo sobre este tema, la felicidad está atada a los placeres. Sin embargo, esta idea, que ha sido malinterpretada tantas veces, viene seguida de una advertencia: La felicidad solo proviene de aquellos placeres que no vengan seguidos de dolor o carencia. Parece una advertencia sencilla, pero más al respecto: Los placeres, una vez se acaban, nos dejan con una sensación de vacío y la alegría causada por el goce de los mismos se desvanece tan rápido que pronto llega la insatisfacción y el ansia por buscar una próxima experiencia que nos llene.
Por ejemplo, comernos un pedazo de pastel nos genera satisfacción y, si el antojo es muy grande, nos causa una alegría momentánea. Pero, ¿Cuánto tiempo dura esa satisfacción? ¡Muy poco! Entonces, ¿será que con el próximo pedazo de pastel volveremos a sentir alegría? Lo más probable es que si volvemos a comer pastel, sentiremos alguna satisfacción, aunque quizás ya no con la misma intensidad inicial. De hecho, pueden pasar dos cosas: O nos vamos aburriendo con cada ocasión y le perdemos interés a dicho placer, o bien, cada vez demandamos más y más de lo que nos causa placer para obtener un efecto (este es el principio de las adicciones).
Esta pregunta a acompañado a la humanidad posiblemente desde el inicio del pensamiento. Aquí te traigo el pensamiento de Epicuro, quién contestó afirmativamente a esta pregunta y, además dio cuatro consejos para alcanzar la felicidad.
Consejo #1 No te preocupes por lo que está más allá de nuestro mundo.
Por más que te inquieten estas cosas nunca alcanzarás una respuesta definitiva. Si dios o los dioses existen, están demasiado ocupados como para preocuparse por nuestros asuntos.
Consejo #2 No temas a la muerte.
Es una pérdida de tiempo preocuparse por ese tema. La muerte no es más que la ausencia absoluta de toda conciencia y capacidad de sentir. Cuando la muerte llega, nosotros no estamos; y cuando nosotros estamos, la muerte todavía no a llegado.
Consejo #3 La felicidad consiste en obtener placer.
Hay tres tipos de placeres: los necesarios (comida, bebida y descanso etc) los que aumentan la calidad de los necesarios (comer bien, beber bien, vestir bien, etc.) los innecesarios: riqueza, lujo, fama, etc. Para ser feliz solo necesitas los placeres necesarios. Los que aumentan la calidad de los necesarios están bien pero no en exceso. Y los otros es mejor evitarlos, porque lo que traen es preocupación e intranquilidad.
Consejo #4 El sufrimiento físico
Si, es leve, dura poco; y si es demasiado fuerte, también porque trae la muerte. Así que no te inquietes por los sufrimientos.
Referencias: Filosofía en la nube y acropolis.org
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