Si estas al frente de una empresa familiar y quieres asegurar su crecimiento es necesario que lo hagas mediante la práctica guiada por reglas de los socios familiares y la toma de decisiones estratégicas enfocadas a construir el futuro de la empresa familiar. Existen cuatro pasos que te ayudaran a construir un plan enfocado a crecer tu empresa familiar, tu armonía como sociedad y, sobre todo, tu rentabilidad como empresa.
1. Cumplir las metas establecidas
Es posible que cuentes con objetivos específicos, no lleguen a cumplirse, pero eso no es lo peor, sino que no seas capaz de pedir cuentas para evitar entrar en conflictos familiares. Tomar tus decisiones con profesionalismo es importante para construir la empresa familiar que buscas construir. Es solo asumir tu posición de empresario y cumplir lo que se estableció, quitando el drama en las relaciones familiares. Este será tu reto de todos los días que con el tiempo se convertirá en el valor rector del crecimiento constante.
2. ¿Tienes una visión clara de lo que quieres construir?
Como dueño de negocio debes centrar todas las decisiones, sin embargo, no debes dar por sentado que tu equipo familiar está en sintonía contigo. Comparte qué quieres y hacia dónde pretendes dirigirte, de lo contrario todos irán a rumbos y ritmos distintos.
3. ¿Eres poco exigente en el cumplimiento de las operaciones?
Dentro de las empresas familiares es importante demandar el cumplimiento consistente y disciplinado de los compromisos de cada integrante familiar en la empresa.
4. ¿Te alineas a tus propios objetivos?
La realidad es que a veces es el mismo dueño de la empresa familiar es quien no se encuentra en sintonía con su propia estrategia. Es importante autoevaluarte y pedirle a los demás que te evalúen. Requieres tener claridad en este sentido y evitar la incongruencia. Debido a esto, existen algunos elementos que se pueden aplicar para que una empresa familiar tenga éxito:
Desarrollar estructuras: La empresa familiar debe convertirse en una institución con procesos internos.
Traer talento externo: Es positivo que haya gente con ideas y perspectivas diferentes.
Separar la empresa de la familia: La vida personal y familiar debe ser independiente de la empresarial. No se recomienda tratar temas de trabajo en el hogar, para evitar conflictos.
Cuidar el tamaño del personal: No es obligación contratar a todos los miembros de una familia o inventar cargos para que todos tengan un sueldo. Esto puede ser un problema.
Cuidar el dinero: El dinero de una empresa familiar no es de sus miembros. Se suelen hacer préstamos y adelantos que muchas veces no se cobran. Esto anula el crecimiento de la empresa.
Contar con asesoría financiera: Apoyarse de personas expertas que vean las oportunidades o errores que tiene tu empresa, para buscar su crecimiento.
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