Vivimos en un mundo y sistema enfocado al materialismo y consumismo, pero también orientado al trabajo. Tu trabajo o desarrollo profesional puede ser una fuente de satisfacciones o, por el contrario, suponer un quebradero de cabeza y una constante frustración.
Sin embargo, ¿Cuáles son las áreas más importantes para tu desarrollo profesional? Son siempre factores personales (tu enfoque, gestión de emociones, gestión del estrés, etc.). Detrás de la falta de satisfacción profesional o vocación se oculta un problema psicológico muy habitual en nuestro tiempo. El objetivo de este artículo es que lo descubras y sobre todo que encuentres soluciones en tu propio cambio personal.
El fenómeno de la insatisfacción profesional
¿Por qué centrarte en tu cambio personal? Cuando sientes que tu trabajo no te llena o satisface, son siempre factores externos que no puedes controlar. Es cierto que en ocasiones el propio contexto profesional no es el adecuado, pero en la gran mayoría de los casos el problema está en cómo nosotros entendemos y gestionamos las situaciones.
Un error de enfoque
Veamos primero el contexto: al vivir en una época materialista y consumista, existe la constante idea de conseguir un modo de vida y trabajo ideal que no deja de ser una forma irreal de enfocar un desarrollo personal y profesional, donde el factor externo siempre es impredecible.
El gran error que cometemos es centrarnos en lo que te ofrece la profesión y no las distintas tareas de las que se compone una profesión. Te lo explico con un ejemplo concreto: ¿Cuáles son las distintas tareas que puede enfocar un profesional de la medicina? Algunas serían el diagnóstico, la intervención, la investigación o la atención a las familias.
Un profesional puede disfrutar de una de estas tareas (un médico de familia empático y amable que hace sentir bien a las personas pero con escaso interés por la investigación) o de otras (el típico médico huraño pero genial en sus análisis diagnósticos).
En todas las profesiones existen diversas tareas, y aprender a entender y a gestionar la frustración que sentimos en su desarrollo es clave para poder armonizar tu vida personal y profesional y sentir satisfacción personal. Algunos de las consecuencias más habituales de este problema son:
1. Apego a la vocación
Ocurre en personas que por su apego a trabajar de una determinada manera, terminan por perder oportunidades para desarrollarse, aprender de otros campos y crecer personal y profesionalmente.
2. Insatisfacción permanente por autoexigencia
Por más que hagas en tu trabajo y tengas éxito, siempre sientes que no es suficiente. El problema de raíz consiste en que basas tu valoración personal en tus resultados profesionales, dejando así tu bienestar en manos de factores externos y descuidando tu vida personal
3. Sentir que no te valoran
Aunque este problema es real y supone un día a día (especialmente cuando se trabaja en instituciones complejas y jerárquicas), cuando tu bienestar depende de factores que no puedes controlar termina por hacerte sentir frustración, y con el tiempo, inseguridad y desánimo
Todas esas consecuencias te llevan hacia el desánimo profesional y la razón de origen es la misma: la forma en la que enfocas tu bienestar y buscas valoración y cómo entiendes y gestionas tus emociones (en concreto, la inseguridad, la insatisfacción y el desánimo).
El origen del problema y la solución
El trabajo perfecto no existe y ningún trabajo o profesión ha sido creado para satisfacer necesidades personales. Sin embargo, vivir un proceso de cambio donde aprendas a que tu bienestar dependa de ti te ayudará a manejar el estrés de forma más funcional y poder armonizar tu vida personal y profesional. Eso (tu crecimiento personal) será lo que ante todo mejore tu vida profesional para siempre y te ayude a conseguir mejores resultados y encontrar más oportunidades a largo plazo.
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