La respuesta a la crisis de COVID-19 exige agilidad – un atributo clave de las empresas privadas.
1. Identificar el nuevo cliente, canal o producto
Las empresas ágiles están desarrollando nuevos productos y canales de entrega en lugar de esperar a que los clientes regresen.
Para muchas empresas e industrias, los clientes y la demanda se desvanecieron casi de la noche a la mañana cuando llegó COVID-19. Algunas de estas empresas estaban lo suficientemente diversificadas, ya sea geográficamente o en cuanto al portafolio de productos, como para capear la crisis, pero no todas. Sin embargo, hemos visto muchas empresas privadas, en particular las start-ups y scale-ups, que han logrado repensar rápidamente su modelo de negocio y crear nuevos productos y servicios adoptando enfoques ágiles.
El mercado privado también podría aprovechar las circunstancias actuales para explorar los mercados internacionales de manera más agresiva, a fin de fomentar la diversificación geográfica y la resiliencia. Las investigaciones de EY han descubierto que, incluso hoy en día, muchas de estas empresas, incluidas muchas de las de algunos de los países más desarrollados, como los Estados Unidos, dudan en dirigirse a los mercados internacionales, principalmente debido a las barreras culturales y lingüísticas. Este podría ser el momento adecuado para superar esta inhibición, y tratar de aprovechar la demanda a nivel internacional, incluso cuando los compradores nacionales se resisten.
2. Desinvertir para recaudar fondos
COVID-19 ofrece a las empresas la oportunidad de evaluar críticamente los activos y de desinvertir donde sea necesario. La mayoría de las empresas se enfrentan a limitaciones de liquidez. Para algunas, el desafío es lo suficientemente grave como para llevarlas al colapso, mientras que para otras sólo deja espacio para gestionar las operaciones básicas y no lo suficiente como para permitir un reposicionamiento significativo del negocio.
Muchas empresas ni siquiera reconocen el estrés de manera oportuna, ya sea debido a sus rudimentarios sistemas financieros o porque sufren el síndrome de las "buenas noticias", por el que la cultura impide que los líderes revelen el verdadero alcance de la crisis hasta que es demasiado tarde.
3. Reiniciar el enfoque del talento
Las actitudes hacia el talento tendrán que ajustarse a las realidades del mundo post-COVID. La adquisición y retención de talentos fue un desafío clave para las empresas privadas incluso en la era anterior a la de COVID-19, ya que el 61% de las empresas privadas indicaron que era uno de sus mayores desafíos.
Sin embargo, esos desafíos relacionados con el talento se han vuelto más numerosos y complejos, e incluyen la cesión de personal, permitiendo que más personas trabajen desde casa, capacitando al personal en nuevos profesionales de negocios y manteniendo a los empleados comprometidos. A nivel macro, algunos países pueden incluso experimentar una reducción de su fuerza laboral, ya que las personas abandonan temporalmente la búsqueda de un trabajo a tiempo completo o deciden no ser contratadas en las difíciles circunstancias creadas por COVID-19.
4. Mirar más allá de los socios tradicionales y explorar nuevos ecosistemas
La creación o la participación en los ecosistemas será clave para navegar por el cambio.
Es posible que las respuestas a la crisis actual no se encuentren mirando a nivel interno y existe la necesidad urgente de que muchas empresas establezcan asociaciones innovadoras, a veces fuera de su industria principal.
5. Empezar a invertir tiempo en el futuro
Dedicar tiempo de gestión para la planificación futura será de importancia crítica.
Las empresas privadas pueden a veces interpretar la agilidad como una mera capacidad de actuar con rapidez. Sin embargo, la agilidad es mucho más que eso. Se trata también de invertir tiempo para escuchar al cliente continuamente, desarrollar nuevos productos y servicios, aprender de las brechas e iterar. Este enfoque y esta mentalidad no son fáciles de conseguir, y requieren un apoyo de liderazgo activo y un tiempo de gestión dedicado.
Sin embargo, a menudo la administración está demasiado atada a las operaciones cotidianas y tiene un ancho de banda limitado para prever, planificar escenarios o reducir riesgos. De hecho, esa limitada atención de la administración a la planificación futura se ha identificado como una de las mayores limitaciones para la expansión y para hacer frente a las perturbaciones.
Dado que COVID-19 sigue obligando a muchas organizaciones a hacer una pausa o una desaceleración de sus operaciones, es una gran oportunidad para que las empresas privadas adopten la agilidad e incorporen los procesos que harán de la planificación estratégica una parte integral de su cultura y, de ese modo, reaviven sus ambiciones de crecimiento.
Referencia: https://www.ey.com/es_mx
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